Teixidors nace el 1983 en Terrassa, en una ciudad íntimamente ligada a la tradición textil del país. Nuestro espíritu es recopilar esta sabiduría textil, acumulada a lo largo de más de un siglo, para volver a ponerla en valor desde una perspectiva ecológica y comprometida. Es así como, a principios de los años ochenta, nacemos con la intención de ofrecer posibilidades laborales a personas con discapacidad intelectual.

Desde los inicios, nuestra voluntad ha sido recuperar los métodos tradicionales de confección, crear piezas exclusivas y mejorar la vida de las personas en todos los ámbitos, del estético al social.

Con el paso del tiempo, y gracias a la calidad de nuestros productos, hemos conseguido tener presencia en los mejores espacios y tiendas de diseño internacional.

¿Qué historia se esconde detrás de una manta, de una almohada o de una bufanda de lana merina? ¿Cuántas vidas han vivido antes de llegar a nuestras manos? Mucha gente no lo sabe, pero se trata de una historia invisible y maravillosa, un viaje fascinante y lleno de matices que va del esquilado de la lana hasta los últimos acabados de una pieza. En Teixidors vivimos todas las partes del proceso para ofrecer una aura única a nuestros productos.

Los primeros pasos en la confección de una pieza de lana empiezan con el esquilado, el escarmenado y el hilado. Después de esquilarla, se limpia la lana de impurezas vegetales y se extraen las fibras más cortas.

Cuando la lana ha sido hilada y teñida, ya se puede colocar en los telares. Actualmente, disponemos de 19 telares manuales de contramarcha y madera de melis. Tejer con un telar manual es una coreografía delicada y precisa, en la que pies, ojos y manos deben ir jugando con la música y los movimientos de la máquina. Cada tejedor tiene una personalidad propia, unos ritmos y una forma de tejer que se transmiten directamente a la pieza.

La belleza y la consistencia de un tejido dependen del ligado de trama y urdimbre, y es en este punto en el que emergen las habilidades creativas de cada profesional.

Después de ser examinadas por la repasadora, las telas se mandan a la sección de acabados, que consta de cuatro partes: el lavado (siempre con jabón ecológico), el centrifugado, el secado y el planchado. Aquí, las piezas se desvelan como lo que son, con toda su belleza única y singular. Cada pliegue, cada hilo, cada detalle de nuestras creaciones cuentan una historia que solo vuestras manos podrán leer.

En Teixidors sabemos que cada pieza de nuestro armario y de nuestro hogar es memoria y sensación, y por esto nos preocupamos de escoger las mejores fibras. La calidad de los materiales que nos rodean transforma nuestra vida diaria, la vuelve más fértil y profunda.

Trabajamos con lana merino, lana de yak y cashmere de cooperativas de Mongolia, además de otras fibras naturales como el lino certificado 100% europeo con certificación MASTERS OF LINEN®. Ahora, más que nunca, necesitamos un compromiso con el medio ambiente. Nos gusta mantener una relación personal con los proveedores de toda la cadena de producción porque querems conocer de primera mano el trato que reciben los animales y las condiciones de trabajo de las empresas con las que colaboramos.

Nuestro objetivo es la máxima excelencia con el mínimo impacto ambiental. Por esta razón nos preocupamos de conocer a fondo el origen de nuestras lanas y el recorrido que llevan a cabo, paso a paso, desde que son esquiladas hasta que llegan a las casas de nuestros clientes.

En Teixidors trabajamos con asociaciones de ganaderos, artesanos y pequeños industriales implicados en la preservación y la valoración de la lana. Para nosotros no se trata solo de crear piezas únicas y extraordinarias, sino también de renovar y dar soporte a una cultura textil de larga tradición que se estaba perdiendo.